Saco una llave del bolso y abro la puerta, es una tienda. Al parecer yo soy dueña y señora de todo lo que mis ojos alcanzan a ver en este momento. Miro a la izquierda y veo papeles de lunares, de colores, transparentes, pinocho, mates, cartulinas, mas colores... Miro a la derecha: lazos, pegatinas, adornos, tarjetas...
Todos los instrumentos para envolver un regalo. De pronto resuena en mi cabeza "La Paquetería". Así se llamaba ese lugar del que yo era dueña. Era mi proyecto, empezaba la jornada laboral. Entra un chico joven con su regalo y me da las indicaciones: "es para mi hermana, es su cumpleaños, le encantan las mariquitas, esta es la dirección (me tiende una nota), ¿estará para las 6 de la tarde?
Ahí comienza mi labor. Me dedico a envolver magistralmente regalos que la gente me trae, poco importa el contenido, el envoltorio es una obra de arte y yo soy feliz.
me encanta la paquetería, podrías poner flores en un rincón del local y situarla en parís
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