lunes, 2 de agosto de 2010




¿Sin sentido? Sí. El truco no está en “ser”, ahora “ser” es “estar”. Fui, soy y seré; pero ahora estoy. Llegados al punto de no saber de dónde vengo ni qué seré, solo queda el presente, los siguientes 5 minutos, aún estando cada vez mas convencida de que después sí vendrá algo, siempre viene, evolución-continuación, lo que quiera que sea, y vendrá en un tono de paz y equilibrio. Asumido esto, hay que dejar de esperar: esperar para ir a trabajar, esperar que llegue la hora de salir el sábado, esperar hacer un viaje, esperar la muerte, esperar el día de tu boda, esperar el día que apruebes las oposiciones…y empezar a tomarse la vida con equilibrio, serenidad, confianza. ¿Qué hay que temer?


Hay que disfrutar, siendo realistas, es decir, y con la palabra más común en mí: equilibrando. A pesar de que la vida venga con límite de tiempo determinado, a veces puede que se haga eterna por las circunstancias que tú mismo has provocado anteriormente, todo se equilibra y todo tiende a buscar sentido, más comúnmente se conoce como “Uno recoge lo que siembra” “El tiempo lo pone todo en su sitio”


Si es seguro que después de la muerte hay algo, lo que no es tan seguro es que tengamos otro cuerpo, y seguro que no es como este que tenemos ahora, privándonos así de todas las sensaciones que este nos puede ofrecer. Hay que cuidarlo, ponerlo al límite y experimentar con él, para saber hasta dónde puede llegar, para ser conscientes de la gran herramienta que poseemos, disfrutar de él.


En la vida estás tú contigo mismo, con tus valores, moral, ética y las cosas que te hacen sentir bien, al margen de la sociedad, de los límites y normas de esta y de los miedos que uno mismo pueda crearse, reiterando así “¿Qué hay que temer?”. Es aquí, es ahora y eres tú contigo mismo.

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